Vistas de página en total

27 de enero de 2019

Terminó la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2019 en la Diócesis de Coria-Cáceres



Muchas han sido las actividades organizadas desde la Diócesis de Coria-Cáceres, en esta "Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2019". Formación, información y sensibilización que continuaremos los 365 días del año.

La meta es la unidad, la oración es el camino
Crónica de la SOUC 2019

Del 18 al 25 de enero hemos celebrado la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (SOUC) en nuestra diócesis repleta de momentos de oración y de encuentros ecuménicos. Quizá no somos conscientes del gran paso hacia la unidad que el Espíritu Santo ha impulsado a dar los cristianos divididos en diferentes confesiones. El segundo milenio de la historia de la Iglesia se ha caracterizado por las divisiones (siglos XI y XVI), pero a lo largo del siglo XX hemos comprendido que el escándalo de la división obstaculiza el anuncio de Cristo al mundo y así hemos iniciado el tercer milenio buscando la unidad: oramos juntos, dialogamos para superar las diferencias, colaboramos en la búsqueda de la justicia y de la paz… Nos reconocemos hermanos: la “fraternidad reencontrada” es el gran fruto del ecumenismo, como dijo san Juan Pablo II.
Hemos vivido una intensa semana tratando de llevar el espíritu de oración por la unidad de los cristianos a lugares significativos de la diócesis: el Seminario diocesano (18 de enero), la capilla de la Adoración Perpetua (19 de enero), la Eucaristía de jóvenes en la Ermita de la Paz (20 de enero), la Catedral de Coria (21 de enero), los monasterios de vida contemplativa (21 y 23 de enero). La oración es el primer medio para alcanzar la unidad, pues el mismo Jesús oró por la unidad de sus discípulos en la Última Cena (Juan 17). La Celebración Ecuménica del día 25 de enero en las Hermanitas de los pobres ha sido el momento culminante de oración, presidida por nuestro obispo, un pastor protestante y un arzobispo ortodoxo. Junto a la oración, se han dado charlas de formación sobre el ecumenismo (22 de enero en Alcuéscar) y hemos compartido experiencias de caridad en favor de inmigrantes y refugiados (24 de enero, Centro Ágora Francesco). Toda ha sido posible gracias a la pasión de la unidad del equipo diocesano de Relaciones Interconfesionales. Les damos la palabra para que nos cuenten momentos claves de la SOUC.
“Taizé es sinónimo de una experiencia de sencillez, reconciliación y apertura a Nuestro Padre. En esta SOUC hemos vivido esto en las oraciones ecuménicas de Taizé de Coria y Cáceres, con una participación grande y muy bonita. Queremos dar las gracias por dos experiencias llenas de bendiciones. Tanto las hermanas del convento Madre de Dios como los hermanos de la iglesia de Santo Domingo nos han dado una acogida muy especial y además hemos contado con el gran apoyo del Seminario Diocesano. Te esperamos en las futuras oraciones de Taizé con una infusión y una sonrisa”.
El martes 22, como venimos haciendo desde hace varios años, en ese deseo de caminar juntos, acompañando a las diferentes comunidades parroquiales y al resto de la Diócesis con esa actitud de “iglesia en salida” a la que nos invita el Papa Francisco y que también ha recalcado nuestro XIV Sínodo Diocesano, nos desplazamos a Alcuéscar para celebrar una Eucaristía en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. A continuación, y con el fin de dar a conocer qué es el ecumenismo, cuál es su situación actual en el mundo y cómo podemos colaborar en todo lo relacionado con la Unidad de los cristianos, el Delegado de Relaciones Interconfesionales D. Rafael Delgado, impartió un Taller de ecumenismo en el salón de la casa parroquial. Los asistentes pudieron conocer, de una forma sencilla y didáctica, la historia, las diferencias, aquello que nos une y tenemos en común y los grandes avances que se han dado en los últimos cincuenta años que han permitido abrir puertas a la esperanza, especialmente a través del ecumenismo espiritual (la oración) y de servicio (la caridad). Se presentó también un resumen de las actividades que se realizaron durante el curso pasado y, finalmente, se apuntaron signos sencillos y concretos para mostrar y recorrer este camino de unidad en los lugares en los que vivimos.
Al día siguiente, tuvimos un encuentro de oración con las religiosas contemplativas de Cáceres, dirigido por el sacerdote D. Florentino Muñoz. En su reflexión, indicó que es Cristo el que nos reúne en una sola comunidad de hombres y mujeres, de niños y ancianos. Cuando los cristianos están divididos, entre confesiones o en el interior de una misma Iglesia, el mensaje del Evangelio se oscurece. “El Señor nos pide unidad; el mundo, desgarrado por tantas divisiones que afectan principalmente a los más débiles, invoca unidad”. El Espíritu Santo nos lleva a franquear las fronteras y a unir a los que están separados. El dinamismo del Evangelio se revela sólo cuando estamos juntos y esta es la meta precisa que tiene el ecumenismo.
“El día 25, fiesta de la conversión de S. Pablo, finalizamos el Octavario por la Unidad de los Cristianos en la Residencia de las Hermanitas de los Pobres, primero con una charla de D. Nicolaos Matti, arzobispo de la Iglesia Siria ortodoxa de Antioquía. Nos expuso la dolorosa situación de los cristianos en Oriente Medio, que ante tanto sufrimiento por el que están pasando, mantienen su fe en Jesucristo dentro de una gran paz interior, aunque a muchos de ellos no les ha quedado más opción que huir de su propia tierra con la tragedia personal que esto supone.
Más tarde en la capilla tuvimos la gran Celebración Ecuménica de la Semana presidida por el arzobispo D. Nicolaos; D. Mariano Arellano, pastor de la Iglesia Evangélica Española y nuestro obispo D. Francisco. En ella desarrollamos el lema de este año, basado en Deuteronomio 16, donde pedimos al Señor perdón por las faltas de amor tenidas con nuestros hermanos de otras confesiones cristianas y fuerzas para saber actuar siempre con toda justicia, promoviendo la dignidad de todas las personas. Salimos emocionados de allí después de haber recibido la bendición conjunta por parte de D. Nicolaos, D. Francisco y D. Mariano”.
Nuestra fe en el poder de la oración nos hace estar alegres confiando en el que el Señor de la historia ha acogido nuestra oración y estamos un poco más cerca de la Pascua de la Unidad. Las palabras del profeta Isaías, escuchadas el domingo dentro de la Semana de la Unidad, nos alientan a seguir en el empeño: “Por amor a Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha” (Is 62,1).
Rafael Delgado (Delegado de Relaciones Interconfesionales)