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29 de octubre de 2014

CONGRESO DE ECUMENISMO EN MADRID



Del viernes 24 al domingo 26 de octubre ha tenido lugar en Madrid el VI Congreso Ecuménico, organizado por las Misioneras de la Unidad, las Iglesias ortodoxas: griega, rumana y rusa y las Iglesias: Española Reformada Episcopal (I.E.R.E)  y Evangélica Española (I.E.E.) con el lema: “Dios de Vida: Condúcenos a la Justicia y a la Paz”. Durante el fin de semana se ha analizado, se ha reflexionado y se ha orado sobre la X Asamblea Ecuménica del Consejo Mundial de Iglesias (C.M.I.) que se celebró en  Busán (Corea del Sur) en octubre- noviembre de 2013.El viernes por la tarde tuvimos la primera ponencia con el título “El espíritu central de la Asamblea de Busán” a cargo de D. Antonio Mataboch, uno de los pioneros ecumenistas españoles, que comenzó en Cataluña su labor por los años 60,  en la que nos habló de la finalidad del Ecumenismo, para luego hacer un recorrido por todas las asambleas ecuménicas del C.M.I. anteriores, desde la de Amsterdam (1948) hasta la de Porto Alegre (2006), pasando por las de Evanston (1954), Nueva Delhi (1961), Upsala (1968), Nairobi (1975), Vancouber (1984), Camberra (1991) y Harare (1998). Nos contó cómo esta última ha sido más un encuentro entre cristianos que un diálogo entre Iglesias y nos relató las siete Plenarias que hubo, las oraciones, estudios bíblicos y las declaraciones públicas y documentos que se han confeccionado en ella, así como las relaciones que se han mantenido con las Iglesias que no son miembros del C.M. I, la católica y pentecostales sobre todo. Terminó su ponencia con estas interesantes preguntas: ¿En qué aspectos teológicos podría avanzar más el ecumenismo?, ¿cómo podemos dar a conocer el C.M.I. en España?, ¿cómo podría implicarse más la Iglesia católica en el C. M. I?

El sábado por la mañana oímos en su ponencia: “La Iglesia hacia una visión común. Algunas reflexiones eclesiológicas sobre la Declaración de la Asamblea ecuménica de Busán”  a D. Sorin Selaru, sacerdote y teólogo rumano, representante del Patriarcado ortodoxo de Rumanía en las instituciones europeas y profesor de Teología de la universidad de Bucarest. Nos condujo por el documento redactado por la Comisión de Fe y Constitución del C.M.I. llamado “La Iglesia, hacia una visión común” y nos hizo algunas reflexiones eclesiológicas de la “Declaración sobre la Unidad” de la asamblea de Busán; para ello nos dio a conocer la visión sobre la unidad en las diversas declaraciones del C.M.I. desde la de la Asamblea de Nueva Delhi (1961) hasta la de Porto Alegre (2006), junto a las de Nairobi (1975) y Camberra (1991). “La Iglesia, hacia una visión común” quiere ser una invitación a los dirigentes, teólogos y fieles de todas las Iglesias a buscar la unidad, por la que Jesucristo oró en la última Cena Pascual, antes de ofrecer su vida por la salvación del mundo. En esta  “Declaración sobre la Unidad de Busán”, ha habido un cambio de paradigma y de método y el profesor y diplomático nos analizó sus acentos eclesiológicos desde el punto de vista ortodoxo, a través de la convergencia sobre la vocación de la Iglesia. Estuvo  traduciéndonos del  francés el pastor de la Iglesia Evangélica Española, D. Alfredo Abad, para poder mantener un diálogo con el ponente.

A continuación también en la mañana del sábado tuvimos una mesa redonda  moderada por la teóloga laica Dña. Arantxa Ruiz, miembro del equipo de la delegación diocesana de Relaciones Inter-confesionales de Cantabria en la que participaron: el teólogo D. José Hernández, claretiano, profesor de la facultad de Teología de la universidad de Granada, que ha vivido este último año en Zimbabue; Dña. María José Delgado, directora de las misionera de la Unidad y de su Centro Ecuménico y D. Andrés J. Valencia, teólogo laico, profesor de la facultad de Teología de la universidad San Vicente Ferrer  y director del Centro Ecuménico “Padre Congar” de Valencia, todos ellos asistentes españoles en la Asamblea de Busán. Nos explicaron cómo se había desarrollado la asamblea desde sus siete Plenarias, hasta las Oraciones que se hicieron al empezarla y terminarla y las diarias al comenzar la mañana. Nos expusieron los documentos principales que fueron presentados sobre la Iglesia y sobre la Misión, así como lo que más había llamado la atención en los discursos pronunciados, desde el saludo del papa Francisco por las ondas, hasta el mensaje del arzobispo de Canterbury de la iglesia anglicana, Justin Welby, presente en la asamblea, que habló de que nos necesitamos mutuamente todos los cristianos y solo las instituciones dispuestas a dar la vida por las demás, se mantendrán y se unió al papa  en reconocer a la Iglesia pobre y para los pobres. También fue muy destacado y controvertido el mensaje del metropolita Hilariev, de la Iglesia ortodoxa rusa, que planteó  dos de los grandes desafíos actuales, como son el secularismo y los fundamentalismos. Hablaron pastoras y pastores del continente americano y africano, así como de los países asiáticos y de Oceanía y  el cardenal Kurt Koch y el obispo Farrell del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, estos dos últimos como invitados. Nos contaron su viaje a la frontera con Corea del Norte, donde los Hnos. de Taizé allí presentes, hicieron una emocionante oración en medio del gran dolor y tensión que viven estos dos pueblos hermanos. Nuestros contertulios regresaron de Busán con mucha fuerza y con el espíritu renovado y fresco. Han vivido en Corea una primavera ecuménica que nos intentaron transmitir.

El sábado por la tarde hubo reunión de grupos entre los congresistas, contestándose a las preguntas planteadas por D. Antonio Mataboch y poniéndose en común la importancia que debemos dar a la formación y la información sobre los temas ecuménicos en España, tanto a nivel parroquial como en los seminarios y centros de estudios eclesiásticos;  muy importante también son las relaciones personales entre los pastores y fieles de las distintas iglesias y la colaboración entre todos y se dijo que hay que apoyar el sentido de la Fraternidad y recuperarlo, ya que es una de las mayores aportaciones de los cristianos a la humanidad entera.

Después nos habló en su ponencia  ”Juntos por la vida. Misión y Evangelización en contextos cambiantes”  D. Eloy Bueno, eclesiólogo y misionólogo, profesor de la facultad de Teología de Burgos y gran ecumenista,  que nos hizo comprender la paulatina implicación que hay entre misión y unidad. Avanzar hacia una visión común de la Iglesia es nuestro sueño, superando el viejo modelo y abriéndonos a un cambio de mentalidad. En este cambio se le está dando un mayor protagonismo al Espíritu Santo dentro de la visión cristocéntrica y jerarcológica que tenemos. La misión es la razón de ser de la Iglesia y todos los bautizados tenemos  un compromiso que realizar dentro de ella. Nos siguió hablando  que hemos pasado en occidente de una forma de pensar colonialista en la que el exclusivismo era su dinámica, a una mentalidad globalizada en la que la economía de mercado es el centro, consolidándose una cultura única en la que los derechos humanos van disminuyendo y se va generando una gran exclusión. El documento del que nos habló pone un gran interés en buscar un equilibrio trinitario y en hacer nuevos planteamientos sobre el Espíritu Santo como origen de la Vida y renovador de toda la creación. Continuó diciéndonos que hay que desarrollar un ejercicio de encuentro con los otros cristianos, para que se pueda hacer una misión con los marginados. Hacer de los excluidos los protagonistas… La Iglesia tiene que servir al Reino y con coraje y valentía crear nuevos modos de cristianismo y de ser Iglesia ante los desafíos actuales.

Por último el domingo por la mañana tuvimos la gran suerte de escuchar a D. Antonio González, asturiano, pastor de la Iglesia menonita y filósofo. Nos expuso  con claridad la forma de ser de su Iglesia bastante desconocida y a veces tergiversada  y nos desarrolló el lema de la asamblea pormenorizando cada concepto: “Dios de Vida: Condúcenos a la Justicia y a la Paz”. Nos dijo que el Dios de la Vida es ante todo Amor y  la Paz hay que entenderla bajo el concepto hebreo de Shalom, que es mucho más amplio de lo que entendemos nosotros por paz. Nos habló de la “no violencia” de su confesión cristiana desde los primeros momentos y nos enseñó a distinguir entre “poder y autoridad” basado en la concepción  bíblica de esos términos, así como la Justicia no considerada como retribución de premio o castigo, sino como la super- misericordia de Dios. 

El congreso se clausuró con una Oración ecuménica basada en las que se habían realizado en Busán y se  propuso para el próximo, dentro de dos años,  el tema  del 500º  aniversario de la Reforma.


Madrid 27 de Octubre de 2014